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jueves, noviembre 13, 2025

Goudreau confirma vínculos de administración Trump con fallida Operación Gedeón

Caracas, 20 Oct. AVN.- En una entrevista reciente con el medio The Grayzone, el exmilitar estadounidense Jordan Goudreau ofreció una versión detallada sobre las causas del fracaso de la Operación Gedeón —también conocida como "Operación Edgement"—, el intento fallido de incursión armada en Venezuela en mayo de 2020 para derrocar al presidente Nicolás Maduro.

Apodada irónicamente como la “bahía de los cerditos” por su ejecución desastrosa, Goudreau sostiene que su plan era sólido, pero fue saboteado tanto interna como externamente y el principal factor del colapso fue el sabotaje de la inteligencia estadounidense.

Afirma que la CIA entregó las coordenadas de los operativos a través de sus vínculos con miembros de la oposición venezolana, lo que permitió al gobierno de Maduro interceptar la incursión sin resistencia.

Además, asegura que la agencia no tenía interés real en un cambio de régimen en ese momento, y que figuras como Juan Cruz, Lester Toledo y George Betancurt actuaban en desacuerdo con la administración Trump.

Otro golpe decisivo fue la detención del general Cliver Alcalá por parte de Estados Unidos. Su arresto generó temor y desconfianza entre los colaboradores internos, debilitando la estructura operativa.

Varios opositores venezolanos de alto perfil estuvieron directamente involucrados en la planificación del operativo, según Goudreau y documentos judiciales. Juan Guaidó, entonces reconocido como presidente interino por varios gobiernos, fue señalado como el beneficiario político del golpe.

Goudreau afirma que Guaidó firmó el contrato de la operación, hecho que habría quedado registrado en una llamada de Zoom. Sin embargo, los activos militares que apoyaban la misión desconfiaban de él, tolerando su rol solo por necesidad táctica.

Leopoldo López, por su parte, es descrito como el “padrino del ala golpista”, con respaldo internacional y vínculos directos con los operadores clave.Entre los enlaces operativos destacan George Betancurt y Lester Toledo, hombres de confianza de López, quienes habrían actuado como intermediarios con la CIA y la inteligencia colombiana.

Goudreau los acusa de haber filtrado coordenadas sensibles que facilitaron el fracaso de la misión. Betancurt, en particular, habría mantenido contacto directo con altos funcionarios estadounidenses como el secretario de Defensa Mark Esper y su asesor Clayborn Cardona, además de expresar su lealtad exclusiva a la CIA.

Otros nombres mencionados incluyen a Christopher Figuera, María Corina Machado y Henrique Capriles, todos vinculados en distintos niveles a la estrategia opositora, aunque con diferencias tácticas y cuestionamientos sobre liderazgo.

Goudreau sostiene que la operación contó con respaldo desde los niveles más altos de la administración de Donald Trump. Según documentos judiciales y archivos del FBI, el plan era conocido por asesores cercanos al entonces vicepresidente Mike Pence y al presidente Trump.

Afirma que su equipo fue contratado y dirigido por funcionarios vinculados directamente al poder ejecutivo, y que recibió luz verde a través del asesor Drew Horn, quien habría transmitido la autorización política desde el entorno de Pence.

También señala que figuras clave del círculo íntimo de Trump participaron en la planificación. Menciona a Keith Schiller, exjefe de operaciones de la Casa Blanca, quien habría contactado a altos funcionarios como el almirante Craig Faller y Elliot Abrams; y a George Sorial, abogado de la Fundación Trump, junto con Travis Lucas, vinculado a Mike Pompeo.

Asegura que Abrams y John Bolton estaban al tanto de la operación. Tras firmar el contrato con Guaidó, Goudreau mantuvo reuniones en el hotel Trump y posteriormente en la Casa Blanca, aunque evitó reunirse directamente con el presidente para preservar su capacidad de negación.

Según él, su actual enjuiciamiento por tráfico de armas es un intento de encubrimiento liderado por el asesor legal John Eisenberg, quien habría estado presente en las reuniones iniciales.

Goudreau también denuncia actos de sabotaje por parte de la inteligencia colombiana, como la detención de un vehículo cargado de armas en un control, cuyos ocupantes no fueron interrogados y cuyo conductor murió en circunstancias sospechosas un año después. Para él, este episodio fue una señal temprana de que la operación estaba comprometida.

En cuanto a los conflictos internos, reconoce que la desconfianza entre facciones opositoras fue otro obstáculo. Aunque Alcalá contaba con respaldo, muchos no confiaban en su alianza con Guaidó, cuya rebelión previa había fracasado por falta de apoyo militar. Esta fragmentación minó la cohesión necesaria para ejecutar el plan.

Finalmente, Goudreau aclara que su estrategia no consistía en una invasión directa como la que proponía Eric Prince, sino en movilizar unidades venezolanas para capturar al alto mando político venezolano, incluyendo al presidente Nicolás Maduro.

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© AVN - 2025

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