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domingo, noviembre 16, 2025

Maduro pide a los nuevos santos que lleven paz al corazón del pueblo venezolano

Caracas, 19 Oct. AVN.- En una jornada marcada por la emoción espiritual y el fervor popular, el presidente Nicolás Maduro se unió este domingo a la vigilia nacional por la canonización de José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles, desde el templo de la Divina Pastora en Caracas. Durante su intervención, expresó su deseo profundo de que los nuevos santos venezolanos “lleven bendiciones de paz a esta patria tan hermosa” y llenen “de amor el corazón del pueblo de Venezuela”.

Maduro calificó el día como “de júbilo espiritual para toda Venezuela”, destacando que José Gregorio Hernández “siempre fue santo” y que su canonización representa una reivindicación de la identidad espiritual del país. “Aquí estamos en su casa, el lugar donde vivió cuando estuvo en Caracas. Hoy lo inauguramos como espacio de memoria y fe”, señaló.

"La verdadera venezolanidad es ser solidario, es ser bueno, como un pueblo de santos y santas. Eso no lo va a quitar nadie. Ni aquellos que nos atacan con xenofobia, ni quienes dicen barbaridades de Venezuela. Su lengua caerá, porque las bendiciones de Dios están sobre Venezuela", expresó.

El mandatario recordó su encuentro con el Papa Francisco en 2013, cuando le entregó una estatuilla tallada de José Gregorio Hernández, iniciando una relación que, según relató, sensibilizó profundamente al pontífice. “Le envié no menos de diez cartas. El Papa se hizo devoto de José Gregorio”, afirmó, agradeciendo el gesto que culminó en la beatificación en 2021 y la canonización este 19 de octubre de 2025.

Sobre la madre Carmen Rendiles, Maduro resaltó su humildad y fortaleza espiritual, afirmando que “llega a hacer milagros incluso invocando su retrato”. Al unir las figuras de ambos santos, expresó que representan “la esencia de lo que somos nosotros: solidarios, buenos, un pueblo de santos y santas”.

En su reflexión final, el presidente llamó a convertir la fe en acción: “El amor no puede ser etéreo, porque si es como el gas, se evapora. El amor tiene que convertirse en acciones concretas, en vida. Como lo hizo José Gregorio: amor en acción”.

“Pido la bendición para que podamos llenarnos de amor por lo nuestro”, expresó, al tiempo que llamó a transformar la fe en acción y a cultivar el amor por la patria como fuerza invencible.

Maduro evocó la figura del Libertador Simón Bolívar, a quien recordó como un ferviente devoto de la Santísima Trinidad. “Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco, nuestro Libertador, se encomendaba a la Trinidad antes de cada batalla. Yo también lo hago”, afirmó. En ese mismo espíritu, pidió a los nuevos santos venezolanos que cubran con un manto sagrado a la nación para que continúe su camino de paz.

El mandatario compartió un testimonio personal sobre su infancia, marcada por severas crisis asmáticas que, según relató, superó gracias a la intercesión de José Gregorio Hernández. “Yo le debo mi vida a José Gregorio. Me permitió sobreponerme a crisis que me llevaron casi a la muerte. Algún día contaré los detalles", confesó.

En su mensaje, Maduro también hizo un llamado a la reconciliación y al respeto por la nación: “Que en el corazón de quienes odian, no haya odio hacia Venezuela. Que nadie le desee daño a nuestra patria, ni desde afuera ni desde adentro. Que nos deseemos el bien mutuamente”.

El presidente destacó la santificación simultánea de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles como un acto que “sella la venezolanidad en el Vaticano”, al representar tanto el amor al prójimo como la fuerza espiritual de la mujer venezolana.

“La madre Carmen representa a la mujer venezolana anónima, la que hace milagros en su hogar, en su comunidad, en su escuela. Su vida fue un ejemplo de humildad, inteligencia y fortaleza”, dijo.

Finalmente, Maduro subrayó que la verdadera fe cristiana se manifiesta en el servicio a los demás, como lo hicieron los nuevos santos. “El amor a Dios hay que convertirlo en amor al ser humano, a la familia, al país. El amor no puede ser etéreo. Tiene que convertirse en acciones concretas, en vida”.

Concluyó su intervención con un mensaje de esperanza y unidad: “Venezuela es un país de santos y santas, de sabios y sabias, de libertadores y libertadoras. Para ahora, por ahora y para siempre”.

La ceremonia de canonización fue vivida con intensidad desde el templo y en todo el país, donde miles de venezolanos participaron en vigilias, misas y actos conmemorativos.

Para Maduro, este día marca “el reverdecer de un país que sea cada vez mejor para todos y para todas”, inspirado por una “espiritualidad bella y buena” que debe guiar el futuro de Venezuela.

FIN/AVN/ PI/
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