Maracaibo, 18 Nov. AVN.- “Lavando una viejecita a orillas de nuestro lago/ ella tuvo un gran hallazgo/ pues se encontró una tablita”.
Así, como lo dice la letra de la gaita Virgen de Chiquinquirá interpretada por Ricardo Aguirre “El Monumental”, comienza la historia que este 18 de noviembre de 2024 cumple 315 años de renovación milagrosa en una tablita.
Llegó navegando por el Lago de Maracaibo y una anciana, quien lavaba ropa en el estuario recogió esa tablita de 26 centímetros de ancho por 25,3 de alto y tres milímetros de espesor, para tapar una tinaja de agua, pero cambió de parecer cuando al limpiarla vio una imagen que asoció con símbolos religiosos, entonces la guindó en una de las paredes de su humilde casa.
Fue viernes 18 de noviembre de 1709 cuando ocurrió el milagro: la pequeña tablita se iluminó. Su brillantez fue tanta, dice la historia, que parecía que el sol estuviese en el rancho de la viejecita, quien junto a vecinos visualizó una Virgen que llevaba un niño en sus brazos y le acompañaban a los lados dos santos.
Desde ese entonces, sin sumar el tiempo que estuvo recorriendo por las aguas del mar y el lago, y sin ningún tipo de restauración, luego de más de tres siglos, su imagen sigue clara, luminosa, mostrándose a su feligresía, a sus hijos en la tierra, quienes cada 18 de noviembre y con fervor mariano, se encuentran con ella renovando su fe.
La Chinita, Virgen Morena, Madrecita, Chinca, Virgen Guajira, la Dama del Saladillo le dicen cariñosamente gaiteros y los feligreses zulianos a la Virgen María en su advocación Chiquinquirá, que es venerada los 365 días del año y su réplica sale cada 18 de mes en procesión parroquial.
Este 18 de noviembre de 2024, la devoción se desborda no sólo de la feligresía zuliana, sino de otros estados del país e inclusive de naciones vecinas, quienes vienen a agradecer algún favor concedido, a pedir por la salud, por la paz, la unión.
A las 5:00 de la tarde, luego de eucaristías cada hora desde las 12:00 de la medianoche, se realizará la Misa Solemne, que será presidida por el Nuncio Apostólico de Venezuela, monseñor Alberto Ortega Marín, acompañado de la capilla musical del Coro Niños Cantores, integrado por 120 niños del instituto del mismo nombre.
Al terminar la misa que se realiza bajo el techo del cielo marabino, La Chinita saldrá en procesión sobre los hombros de los Servidores de María, quienes hacen el recorrido con movimientos que asemejan los marullos del Lago de Maracaibo por las calles del barrio El Saladillo, que la propia comunidad adorna con globos y banderines celestes y blancos, mientras que algunos hogares la esperan con altares y gaitas en su honor.
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